¿Y por qué no? ¿Acaso tiene algo de raro que un lobo quiera ser mamá?
Con un poquito de musgo, unos cuantos palitroques y tres puños de barro, Lobo construyó su nido en la octava rama de un castaño. Y una vez instalado en su nuevo hogar… se dispuso a poner ¡un huevo!
En la literatura infantil, donde cualquier cosa puede pasar sin que pase nada, encontramos desde siempre una parcela de libertad y valentía, además de múltiples caminos que nos conducen hacia otros tantos mundos posibles, todos ellos carentes de prejuicios y plenos de naturalidad.
Un huevo de lobo es un canto a la libertad; libertad para sentir y libertad para ser. Y, por supuesto, y ante todo, es literatura infantil cocinada con humor, ternura, acción y unas cuantas gotas de reivindicación.
¡Ojalá os guste tanto como a nosotras!