Una visión cómica y un tanto romántica sobre las fatalidades de una familia victoriana. Un libro de +triqueta para nuestros koalas +exigentes.

Desdichas de una familia Victoriana supone un cambio de registro por parte de su autora, aunque mantiene las características propias de su estilo como el estudio de personajes, el humor y el uso de sus herramientas preferidas: lápiz, tinta y acuarela.

Desdichas de una familia victoriana es un divertimento, un juego absurdo, irónico e improbable. Incluso así, teniendo en cuenta las maravillosas historias que la era victoriana ha inspirado, podría uno pensar que esta familia marcada por la fatalidad pudiera haber existido. Con guiños que recuerdan a Edgar Allan Poe, Dickens y especialmente a Edward Gorey, este relato no pretende nada más que divertir con imágenes de historias de un mundo y un tiempo desaparecidos.

“Aquí comienza una historia disparatada, absurda, improbable y muy victoriana sobre una casa donde los fantasmas del pasado cuelgan de la pared”
…
Así empieza este enigmático álbum ilustrado, irresistible desde la portada.

La autora nos cuenta a través del entramado árbol genealógico cómo cada una de las vidas de los habitantes de la mansión se fue truncando de la manera más absurda. No se sabe fruto de la mala suerte, de alguna maldición o propiciado por malas decisiones… 

Una paleta de grises inunda cada una de las historias, retratos de los personajes con un punto fantasmagórico, una casa de estilo victoriano y lápidas de los fallecidos son es escenario perfecto para esta catastrófica historia.

Descubre qué se oculta en Moorland House.